Mi análisis del Pebble SmartWatch

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Tenía ganas de probar un «wearable» para conocer hasta qué punto está madura esta tecnología. No sabía si empezar con una de esas pulseras que monitorizan tu actividad física o dar el salto a un smartwatch que lo tenga todo. De hecho con los smartwatches tenía claro que les falta mucho camino por recorrer, más o menos como les pasaba a los primeros móviles inteligentes hasta que llegó el mítico iPhone.

Con los smartwatches creo que va a pasar más o menos lo mismo, hasta que Apple no vuelva a ponerse a la vanguardia el resto de fabricantes irán haciendo la guerra por su cuenta, dando tiros al aire hasta que los usuarios decidan apostar por un ganador.

Aún así decidí probar el Pebble Smartwatch, y lo hice porque era el dispositivo que más se ajustaba a mis necesidades. De hecho creo que cuando te compras un gadget de estos lo primero que tienes que hacer es detectar tus necesidades y si cubre alguna de ellas. Yo sabía lo que buscaba: un accesorio que funcionase como notificador y me permita ver los mensajes que recibo en redes sociales y correo electrónico, sin sacar el móvil del bolsillo. Además buscaba algo que monitorice mi actividad física, aunque esto era secundario.

Y con el Pebble tengo todo eso, un dispositivo en mi muñeca que me muestra las menciones que recibo en Twitter, los mensajes que me envían desde Whatsapp, incluso los emails, sms, llamadas… Cualquier notificación que llega al móvil me aparece en el reloj. Para mi es perfecto, justo lo que buscaba.

Hay un motivo por el que buscaba algo así, trabajo en un laboratorio donde tengo contacto con «bichitos» patógenos habitualmente. Suelo llevar guantes de protección y es un coñazo quitarte el guante para ver la última notificación que te llega al móvil, que lo mismo es un email de spam o una mención de Twitter del tipo «Diario of… is out» (odioso, verdad?). Así que ahora con el Pebble leo las notificaciones así:

Pebble

Dejando de lado la comodidad y seguridad «biológica» que me proporciona no tener que coger el móvil con los guantes, el Pebble es tan versátil que lo estoy usando para muchas más cosas de las que esperaba. Por ejemplo, he instalado la app de Misfit, que monitoriza mi actividad física y las horas de sueño. Para ello utiliza el acelerómetro que incluye el Pebble, que además es resistente al agua (5 ATM según el fabricante). Hay apps de varios fabricantes conocidos, como Up de Jawbone, que usan la información que proporciona el acelerómetro para llevar un control de tu actividad, midiendo pasos y horas en reposo. Me ha hecho gracia descubrir, por ejemplo, cómo duermo por las noches, cómo me muevo y cuantas veces me despierto.

No elegí el Pebble por casualidad, un compañero de trabajo me habló de él hace un par de años, se apuntó a la campaña de KickStarter donde lograron financiación los creadores del proyecto. Desde que lo recibió he visto cómo ha mejorado en prestaciones y aplicaciones disponibles. Tiene sus limitaciones, pero creo que marca un rumbo que se desvía respecto a lo que Apple considera que debe ser un Smartwach. Teniendo todo el mundo móviles superpotentes en el bolsillo, qué sentido tiene tener otra cosa igual de potente en la muñeca?

Como decía, tiene sus limitaciones, por ejemplo a la hora de instalar aplicaciones o esferas, ya que dispone de sólo 8 espacios. Al principio pensé que eso sería un gran problema, aunque en el día a día es suficiente porque las nuevas versiones del firmware permiten hacer cosas que antes sólo lograbas instalando una app.

Por ejemplo, con la versión 2.9 ahora tienes cierta compatibilidad con Google Wear, lo que te permite contestar los mensajes con emoticonos y 5 frases predefinidas, directamente desde el reloj, sin sacar el móvil del bolsillo. También puedes controlar Spotify desde el reloj, incluso es hay apps que te permiten controlar las luces de casa si usas bombillas compatibles. Como digo, el chisme parece poca cosa pero cada vez es capaz de hacer más y más funciones.

La prueba de la aceptación que está teniendo el Pebble es que ya hay varios fabricantes que venden accesorios y complementos. En mi caso he decidido darle un toque personalizado, le cambié la correa por una de caucho y le puse un protector de pantalla que imita la fibra de carbono, aunque hay muchos diseños más para elegir y dejar el Pebble a tu gusto, con un diseño único y exclusivo.

La autonomía del Pebble es de unos 3-4 días, leo que hay gente que logra una semana de vida, pero yo al menos con tanto whatsapp y twitter no logro que llegue al final del cuarto día. Para gestionar el Pebble utilizas la aplicación que se instala en tu móvil, desde donde subes o bajas aplicaciones y esferas, que personalizan el aspecto del reloj. En la actualidad hace una dúo junto a mi OnePlus One, creo que con estos dos gadgets cubro todas mis necesidades de comunicación a día de hoy.

Lo Mejor:

  • Cumple su función como notificador.
  • Autonomía.
  • Versatilidad y potencial a largo plazo.
  • Personalización, tanto en aplicaciones y esferas como aspecto exterior.
  • Comunidad de desarrolladores muy activa y con aplicaciones interesantes.

Lo Peor:

  • Sin un móvil conectado por bluetooth no deja de ser más que un reloj con pantalla de tinta electrónica.
  • Está fabricado en plástico sin protección de ningún tipo. El nuevo Pebble Steel mejora en ese aspecto al incluir cristal gorila glass, aunque el precio es sensiblemente superior.
  • Hace que se reduzca la autonomía de tu móvil por el elevado consumo de bluetooth.

Nota: 8

 

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