Lo que aprendí tras 100 episodios de Planeta Cuñao

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Cuando explico cómo comenzó el proyecto del podcast Planeta Cuñao la gente siempre responde igual: «No me lo creo, parecéis amigos de toda la vida».

No sé si estás muy puesto en el tema de los podcasts, si consumes habitualmente o si alguna vez has escuchado uno. Quizás todavía piensas que eso son cosas de frikis que se reúnen para hablar de sus aficiones, pero el medio ha evolucionado mucho en estos 4 años y esto empieza a convertirse en algo muy serio.

En el momento en que Spotify se decide a fichar a un podcaster por 100 millones de dólares es que aquí alguien ha visto que hay negocio. Y donde hay negocio hay gente dispuesta a todo por quedarse con su parte del pastel.

Hoy toca hablar de cómo 7 desconocidos hicimos reír durante 4 años a miles de oyentes. Lo ha explicado muy bien mi compañero Enrique Sanz en su tuit:

En Planeta Cuñao hemos publicado 100 episodios más de los que pensábamos que publicaríamos. Lo que hemos aprendido y disfrutado por el camino no está pagado. Al podcasting hay que venir con ilusión y ganas, no a especular.

La gran suerte que he tenido es contar con un grupo de amigos, con personalidades muy diferentes, que supimos trabajar y divertirnos a partes iguales. Lo habitual es que alguien acabe harto del proyecto, que haya discusiones, que alguno prefiera hacer la guerra por su cuenta… Pero sorprendentemente seguimos unidos y con fuerzas después de 100 episodios.

He tenido muchos proyectos en internet desde hace años, la mayoría duraron poco por el factor humano. Es muy difícil encontrar un grupo de personas que pongan por delante el bien común, que sen tan generosos como mis compañeros Enrique Sanz, Sergio Muñoz, Álvaro García, Javier Muñoz, José Manuel Boza y Rafa García. A día de hoy son ya mucho más que amigos y compañeros de proyectos. Son como parte de mi familia.

Y eso que Planeta Cuñao es un proyecto casi maldito, las cosas que hemos vivido desde que lo creamos, a nivel personal, han sido dramáticas en muchos casos. Hemos sufrido enfermedades muy serias, hemos perdido a varios de nuestros padres, desgracias familiares, fracasos profesionales… Pero siempre mantuvimos con vida Planeta Cuñao.

Es como eso que cuentan del payaso triste, que delante de su público se tiene que esforzar por hacer reír, pero luego en privado son seres llenos de desgracias que le rompen el alma. No fue eso, pero se le ha parecido mucho.

Las claves de que hayamos logrado seguir vivos después de 100 episodios creo que son:

Generosidad

Todas las decisiones que hemos tomado han sido por el bien común, siempre lo principal ha sido que el proyecto siguiera con vida. Y lo mejor ha sido la actitud, nadie tuvo que recordar que ese era el objetivo, siempre salía de nosotros renunciar al «qué hay de lo mío» a favor del bien común.

Constancia

Oye, que estamos hablando de padres de familia, con trabajo, con otras responsabilidades y ocupaciones. Que hayamos sacado siempre tiempo para elaborar los guiones (que sí, que no es una leyenda urbana, que todos los episodios están guionizados), investigar y documentarnos sobre los temas, recopilar tuits sobre el tema (vaya esfuerzo el de Capria)… Tiene mucho mérito.

Ilusión

Cuando decides hacer un podcast de humor tienes que hacerlo con ilusión, porque el chiste fácil siempre está al alcance, pero no ha sido nunca nuestro estilo. El humor fino y sátiro, la ironía bien entendida, cierta parodia camuflada… Creo que definirían muy bien nuestro sentido del humor.

La comunidad de oyentes

Aceptamos que a no todo el mundo le guste, también sabemos que a quienes les gusta se convierten en fieles seguidores, consumidores compulsivos de nuestros episodios (hay oyentes que nos han confesado que han escuchado todos los episodios 3 veces).

Los días que estoy bajo de moral me doy una vuelta por las reseñas que nos dejan en Apple Podcast y me vengo arriba.

Complicidad

Esta es la parte más difícil de conseguir, porque lograr la química que tenemos en Planeta Cuñao es tan complicado que todavía sigo sin saber cómo lo hemos logrado.

Tengo varios compañeros en la empresa que se han convertido en oyentes del podcast, cuando me vienen a ver me preguntan que desde cuándo somos amigos, que se nota mucho la complicidad que tenemos, que se nota que nos conocemos desde pequeños… Cuando les digo que nos hemos visto en persona 3 veces y que nunca hemos logrado juntarnos los 7 a la vez, no se lo creen.

Planeta Cuñao es un ejemplo de la amistad 2.0. De cómo 7 desconocidos que se conocieron por internet (comentando sobre el Betis en Twitter) pueden trabajar juntos, bien y de forma sostenida.

Personalmente llevo mal que no quedemos más veces, pero ya dije que somos padres de familia, con trabajo, responsabilidades y no siempre es fácil escaparse un fin de semana para estar todos juntos. En estos 4 años hemos hecho 3 quedadas para estar juntos pero no hemos podido estar nunca los 7, siempre se ha caído uno a última hora por algún motivo.

Este año tuvimos que suspender la kdda por culpa del covid, nos cancelaron los vuelos y la reserva de la casa que ya teníamos preparada. Y se suponía que esta vez sí que íbamos a poder estar los 7 juntos. Cómo me ha jodido.

Por último quiero agradecer, uno por uno, a todos mis compañeros de Planeta Cuñao por formar parte del proyecto más enriquecedor que haya hecho nunca:

Enrique Sanz: el más serio, el más sensato, el pepito grillo que siempre ha sabido meternos en vereda cuando se nos iba la pinza. Su apodo de «domador de cuñaos» no era en vano. Ha sido un privilegio contar con él porque era el que más conocía el medio, nos hizo tener desde el primer día todas las herramientas necesarias para crecer. El más profesional del grupo. Gracias por tus chistes malos.

Sergio Muñoz (aka Capria): la gracia innata, la risa contagiosa, el humor con patas. Su talento natural le convierten en la vedette de Planeta Cuñao. Es el favorito de la audiencia y por algo será. La vida le ha puesto algunas piedras en el camino pero sabrá sobreponerse porque es un tío muy grande. Gracias por ser especial.

José Manuel Boza: el abuelo del podcast (que en realidad sólo tiene 2 años más que yo). Un empresario que se arriesga a participar en un podcast de humor. Oye, poca broma que hoy en día nadie quiere dañar su reputación por miedo a lo que pueda suceder con su negocio. Es el tío más generoso que conozco, una buena persona, un currante nato y un ejemplo para muchas cosas. Sigue siendo el último que pilla el chiste.

Álvaro García: este tío es como si fuera mi gemelo. La de veces que decimos los dos lo mismo a la vez, uf, ya he perdido la cuenta. Literalmente estamos en la misma frecuencia de onda. Se nota que hemos tenido influencias parecidas y que nos gusta lo mismo. El más crítico siempre, también el más pesimista. No hay ni un episodio en el que al terminar no opine que ha quedado flojo. Se ha convertido en la voz de Planeta Cuñao. Siendo el benjamín del equipo siempre ha estado a la altura de los veteranos. Y eso que no le gustan los episodios musicales.

Rafa García: he tenido amigos artistas, conozco la personalidad de los que viven del arte, de su escala de valores, de su enorme ego. Rafa es el tío más talentoso que he conocido en mucho tiempo, sabe hacer de todo, pero sigue sin creer en sí mismo. El típico grandullón con el corazón más grande del mundo. Se hace querer siempre. Al que más palos le ha dado la vida durante estos 100 episodios, espero que el futuro sea mejor, amigo. El responsable de que tengamos la mejor web de un podcast en internet.

Javier Muñoz: nuestro espía favorito. El más inteligente del grupo, diferente, extrovertido, carismático. Si hablas un rato con él en persona, estás perdido. Caerás en sus redes porque te engatusa con sus historias. Responsable de que no me haya cansado de Planeta Cuñao porque nos repartimos la parte técnica, así tenemos tiempo para desconectar y tomar fuerzas. Le quiero como a un hermano.

Por mi parte sólo puedo decir que he procurado aportar constancia y trabajo. Los que no tenemos la gracia natural lo tenemos que sustituir con esfuerzo, no queda otra.

Los oyentes habrán disfrutado mucho con estos 100 episodios, pero nunca se lo habrán pasado mejor que nosotros 7 haciendo Planeta Cuñao.

Por otros 100 episodios más.

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