Las becas como equilibrio o como premio

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No he cobrado una beca en toda mi vida. Lo he intentado muchas veces, por activa y por pasiva, pero no había manera. En mi época de estudiante tenías que ser realmente pobre para poder tener una beca. Su función social permitía que gente válida pudiera tener una educación superior y tratara de ascender en el ascensor social, ese que ya os he dicho muchas veces que ya no funciona.

Podemos debatir si una beca debe ser un premio o un aliciente. Con la polémica que ha levantado el ministro José Ignacio Wert se abre precisamente el melón del debate de la función de una beca. En la actualidad un beca universitaria tiene como requisitos que hayas sacado mínimo un cinco para acceder a la facultad y aprobar el 60-80% de las asignaturas cada año. Ese sistema ya es un aliciente por sí mismo, te permite lograr una formación académica superior gracias a la financiación del Estado. El 23% de los universitarios tienen becas (en Cataluña hay menos, no llegan al 18%) y España ocupa el puesto noveno en la lista de precios por estudiar en la universidad (500-1500€/año).

Nunca se ha exigido que además de aprobar haya que sacar buenas notas, bueno, que en mis tiempos un 6,5 no eran precisamente buenas notas. El ministro Wert ha ido a chocar con una generación de universitarios educados por la LOGSE, que bajó el nivel académico para igualar a los alumnos y no dejar a nadie atrás. Ahora tenemos casi un millón de universitarios en paro, casi el 15% de los licenciados están sin trabajo. Han logrado devaluar una carrera universitaria, así de simple. Y no es por la cantidad de gente que llega a la universidad, estamos en un 46,1% frente a la media de la OCDE que está en un 60% (Portugal alcanza el 84% de alumnos que llegan a la universidad). La clave está en la devaluación de la formación y exigencia en las facultades españolas.

No lo digo sólo yo, lo dice cualquier ranking de universidades del mundo, donde hay que buscar con lupa para encontrar alguna española entre los 200 primeros (la Politécnica de Cataluña en el 132º y la Politécnica de Madrid en el 135º). Tenemos facultados encorsetadas, llevan 40 años sin saber adatarse a las demandas y a las ofertas. ¿Cuanta gente quiere estudiar medicina? Siempre la demanda supera a la oferta, pero no se hace nada, sólo se sube la nota de corte y punto. Y aún así dejas a mucha gente con muy buenas notas sin poder acceder a la carrera que siempre han soñado.

Esa frustración por no estudiar lo que quieres luego se transforma en pasotismo, apatía por la carrera «que te ha tocado». La estadística dice que los universitarios dejan de presentarse a uno de cada cinco exámenes, otro ejemplo de que algo falla en las aulas y no todo es culpa de las becas.

Y ya no hablemos del profesorado universitario, pagamos tasas universitarias como si fueran todos salidos de Stanford, y luego no tienen una formación a la altura de lo necesario. Un ejemplo de su dejadez es que menos de la mitad de los profesores desarrollan tareas de investigación pese a que al menos un tercio de su jornada la tienen disponible para dicha función. En los años buenos la financiación para la investigación universitaria llegó a crecer casi un 50%, pero la productividad de los trabajos de los profesores se mantuvo igual. Más dinero pero no hay ganas ni conocimientos para investigar.

Dicho todo esto, de qué sirve una beca? Para que todos nuestros hijos puedan ser universitarios? Ese es el fin? Pues una mierda para las becas. Yo quiero en primer lugar que la universidad de verdad sea un lugar de conocimiento, exigencia, trabajo y cuyos resultados transformen a los individuos que cruzaron su puerta, imberbes todavía, creando profesionales cualificados y valorados por la sociedad.

No estoy hablando de un carácter elitista, pero no podemos convertir las universidades en institutos, donde ir a pasar el día en la cafetería, que estudiando el día antes ya sea suficiente para aprobar, con un cinco, para qué más, si no hay ningún aliciente por esforzarte, si sabes que cuando salgas con tu título bajo el brazo irás de cabeza a las listas del paro…

Lo que ha planteado el ministro Wert está mal comunicado. Quiero pensar eso, soy así de inocente. Exigir más nota a los becados no lo veo un disparate. Quién dice que hay que financiar la educación a alumnos mediocres? Qué sentido tiene que el estado gaste dinero en una máquina de generar parados? No sería mejor volver a construir una universidad que de verdad sirviera de algo? Mi padre tenía un título universitario y eso le proporcionó un futuro lleno de comodidades. Hoy hay gente que tiene doble licenciatura y sigue comiéndose los mocos sin trabajo.

Yo estudié y trabajé de noche para pagarme la carrera, de hecho los fines de semana los dedicaba a trabajar, no tuve mucho tiempo de hacer la vida típica de universitario. Fui un mal estudiante, no muy buenas notas, no me merecía una beca. En cambio había compañeros sobresalientes, talento natural, lo hacían todo que resultaba sencillo e incluso fácil. Esos se merecían una beca, más como un premio que como un apoyo económico. En cambio había compañeros, tan malos como yo, pero que sin sus becas habrían tenido que dejar la universidad porque sus familias no tenían suficiente poder adquisitivo.

Es la duda ética habitual, estudiar no es una obligación a niveles universitarios. Si esa carrera te resulta difícil, lo suficiente como para no sacar un 6,5 de media, quizás te has equivocado de especialidad y tendrías que replantearte si estás haciendo lo correcto. Al final tu título universitario será una doble basura, por un lado la basura habitual que te llevará al INEM de cabeza, y por el otro es un título falseado, sabes que no tienes todos los conocimientos que te enseñaron, has ido pasando los cursos como has podido, pero ni tienes vocación, ni dominas el temario ni te sientes realmente como un profesional. Al final sólo quieres que te den una orla para colgarla en la pared.

Pero claro, esto entra en el debate de siempre: los derechos y obligaciones, querer ser como los demás por encima de querer ser lo máximo que puedas dar de ti mismo. Que mi hijo, que es un inútil, tambien pueda ser universitario como el hijo de mi vecino, y además como la crisis no me permite pagarle la carrera, en lugar de endeudarme más todavía con un crédito universitario, exijo que el Estado me lo financie gratis, así tengo al niño 3-4 años ocupado en algo. Como padres les importan una mierda el nivel que tendrá su hijo, de hecho si es bajo mejor, porque así es más fácil renovar la beca curso por curso. Son los mismos padres que vieron bien que sus hijos pasaran de curso sin haber aprobado todas las asignatura del curso anterior. Son ellos los que han logrado devaluar algo tan fantástico como un título universitario.

Pues nada, sigamos con la universidad de mierda que tenemos, pagándola (los que pueden) a precios de primera categoría, para obtener diplomas que no sirven para nada, porque ni la sociedad demanda mi especialidad ni estoy realmente bien formado para adaptarme a las necesidades del mercado laboral.

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2 respuestas a «Las becas como equilibrio o como premio»

  1. Avatar de Sergio

    Enhorabuena, Jose, gran artículo, me quedo con la no obligatoriedad de la educación universitaria, quizás en esa conciencia esté el comienzo del cambio. Y por supuesto, la universidad española necesita una profunda reforma para mejorar y lograr un nivel digno.

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