Me encantan todos los productos de Apple, disfruto con un iMac como ordenador principal y no me separo del iPad en todo el tiempo que estoy en casa o cuando salgo de viaje (y hay wifi). Pero mi móvil no es un iPhone. Lo curioso es que me han hecho muchas veces la misma pregunta:
¿Por qué no te gusta el iPhone?
No puedo decir que no me gusten, me parece un móvil genial, pero por suerte no le doy al móvil un uso «profesional», por tanto, tengo el móvil que más me gusta y no el que mejor me irá para trabajar. Además, todo lo que pueda hacer con un iPhone lo puedo hacer con mi iPad, por tanto sería absurdo tener dos gadgets tan parecidos. En cambio como móvil me gusta (siempre me ha gustado) mucho más todo lo que ofrecen los modelos de HTC o Samsung con Android.
Y en este primer post de «justificación» os mostraré un ejemplo de por qué no quiero un iPhone. Por naturaleza tengo las manos de trapo y se me caen las cosas con facilidad. Si sumas a esta maravillosa habilidad natural que dios me ha dado, que hoy los terminales tienen pantallas enormes, ya te imaginas lo fácil que me resulta destrozar un móvil hecho «de cristal» como el iPhone.
Os dejo este video que muestra un Test de Caídas donde comparan el archifamoso iPhone 4S y el cotizado Samsung Galaxy SII (100% recomendado). El resultado te lo imaginas ya, verdad? Ojo fanboys, ver cómo unos frikis dañan un objeto de culto como un iPhone puede dañar tu sensibilidad:
Efectivamente, el Samsung tiene una pantalla mayor y resiste mejor las caídas. Punto a favor de este fabricante de móviles con s.o. Android.
Seguiré argumentando motivos por los que no quiero un iPhone en próximos posts.
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