En la guerra de Crimea se produjo una casualidad fuera de lo común. Fue en 1.854 cuando dos soldados, uno francés y otro ruso, se dispararon mutuamente y por una de esas casualidades del destino, sus balas colisionaron en pleno disparo. Es algo tan fuera de lo común que se estima que para que se repita una cosa igual hace falta un billón de disparos, casi ná:
Tras 150 años se sigue considerando una de las casualidades más extrañas e irrepetibles de la historia. Tienes más fotos a continuación:
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