Aprovechando el puente nos fuimos al Teatro Apolo a ver uno de los musicales que revolucionó el panorama la temporada pasada:
Cabaret
Para empezar os cuento lo negativo, el sitio que elegí no era el mejor para ver este tipo de espectáculos.
Elegí Club Fila 1, asientos 5 y 7, o sea, en el voladizo y primera fila, pero como el escenario es más ancho de lo normal estuvimos todo el tiempo echados hacia delante para poder ver a los actores cuando se asomaban al filo del escenario.
Si vas a ir, mejor compra patio de butacas entre la 2 y la 6 fila y lo más centradas posibles (aunque las 2 primeras filas tienen una mesita con cava gratis, pero no se ve tan bien el espectáculo).
La escenografía es muy buena pero en el Teatro Apolo no han hecho tan buen trabajo como lo hicieron en el Teatro Alcalá de Madrid, donde habían convertido el teatro en un auténtico cabaret, retirando las butacas y poniendo mesas y sillas de las que podrías encontrarte en un lugar como ese en los años 30.
También creo que el elenco de actores ha cambiado mucho y sospecho que no está a la altura del que inició la gira. El cambio de Natalia Millán por Marta Ribera no se nota tanto como yo esperaba. Desde luego que lo hace muy bien pero no ha sido el personaje que más me ha llenado en el musical (aunque a Mistica si le encanta esta actriz).
Me quedo con el gran papel que hace Víctor González (el suplente de Víctor Masán) que hace un papel fantástico como maestro de ceremonias andrógino, bisexual y descarado. No sé cómo será Masán actuando, pero debe ser muy bueno para quitarle el papel a González.
Como era viernes por la tarde imagino que algunos de los actores no eran los titulares pero no se notó el cambio porque al fin y al cabo la protagonista es Marta Ribera y su pareja Iván Campillo (actor muy conocido en Cataluña).
Otro detalle que no tiene que ver con la obra es que pagamos 55€ por cada entrada y no regalaban ni el programa, que había que comprar por 1 euro. Ya sé que no es dinero, pero creo que pagar 110€ para ir al teatro con tu pareja y que no tengan ni el detalle de regalarte el programa cuando a los que han comprado las 2 primeras filas del patio de butacas les estás regalando hasta una copa de cava… Muy feo el detalle por parte del Teatro Apolo de Barcelona (Avenguda del Paral–lel).
El caso es que hemos salido muy satisfechos del espectáculo. Le doy un 8 sobre 10 como nota global, aunque el sonido era sobresaliente (todavía estoy pensando donde llevarían el micro los actores porque no se veía pero se les escuchaba de forma espectacular) y en cambio me esperaba que el teatro hubiera recibido una reforma más acorde con la obra que se representaba.
A la salida nos hemos tomado unas tapas en El Rincón del Artista, un bar muy típico donde encontrarás habitualmente a los actores tomándose algo en los descansos entre las diferentes sesiones, si bien en nuestro caso no pudimos ver a ninguno de los protagonistas, sólo vimos actores secundarios y a casi todos los músicos y bailarinas. Es un bar muy pintoresco porque sus paredes están forradas de fotos del dueño con todos los actores y cantantes que han actuado en el Teatro Apolo a lo largo de su historia.
No es un sitio que te recomiende especialmente para comer porque es de mala calidad, mal servicio, mal ventilado y sales oliendo a fritanga y tabaco, pero si quieres un autógrafo de los actores quizás los encuentres allí tomando algo.
También tienes en el local de al lado la famosa (y cutre) Sala Bagdad, un local de sexo en vivo donde saltó a la fama Nacho Vidal y que con sólo ver las fotos de las chicas que hay en la puerta ya te dan ganas de salir corriendo!!!
Llegamos a casa con tan buen sabor de boca (y no será por la cena) que hemos decidido apostar por los musicales y el próximo de la lista es Mamma Mía! que se estrena en Barcelona a finales de noviembre (también pertenece a la misma productora).
Espero acertar esta vez con las entradas (lo siento Mistica).
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