Te imaginas que durante una de las procesiones de Semana Santa, cuando la banda de música está a punto de tocar una marcha procesional de las que más gustan a los capillitas, un tío se asomara al balcón con su trompeta y diera un «recital» inolvidable?
Pues no, no es exactamente eso, ni era una banda de Semana Santa (eran noruegos), ni dio ningún recital. Lo memorable son las caras de los músicos que le miran con ganas de asesinarle juassss. Conocía los espontáneos en el mundo de los toros, pero en el mundo de las bandas de músicales creo que es el primer caso, verdad?
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