Cuñados 2.0: Los difusores de bulos

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Hoy toca dedicarle un rato de escritura a todos esos cuñados, reales y virtuales, que tenemos a nuestro alrededor. Pero empecemos por definir el concepto de «cuñado», porque en pocos años se ha transformado en una definición donde catalogar a muchos de tus amigos y conocidos. Y qué mejor manera que recurrir a Yahoo Answers donde todas las preguntas tienen respuesta:

qué es un cuñado

Esta chica pregunta qué es un cuñado como si fuera una enfermedad que le impida pedirle salir a su profesor, y aunque al principio me reí un poco (vale, me descojoné un rato) en el fondo creo que la pregunta va perfectamente encaminada porque ser cuñado es como tener una enfermedad.

El fenómeno cuñado no es nuevo, siempre hemos tenido a un amigo más o menos fantasma (ejem, ejem) que sabía de todo, conocía a todo el mundo y sabía la respuesta a todas las preguntas. No confundir con el concepto empollón, porque el cuñado tiene algo especial: habla siempre de oídas. Le basta captar una simple conversación de alguien que explique lo que sea, para convertirse a continuación en un doctor en dicha materia.

El santo patrón de los cuñados en España es el locutor Carlos Herrera, y ese es el motivo por el que me animo a publicar este post. Hace unos días anunció que deja Onda Cero después de 15 años demostrando su maestría como cuñado. Encontrarás a poca gente en este país que sepa más de todo, un experto en copla, en ferrocarriles, derecho internacional, armamento nuclear, enfermedades tropicales… Y siempre se ha sabido rodear de un grupo de contertulios rancios a más no poder, que compartían un elevado nivel de cuñado. Lo mismo te analizaban un resultado electoral que critican la decisión del BCE sobre el abaratamiento del precio del dinero.

No se puede ser más cuñado que llevarse al Rey a Sevilla para explicarle todo el mundo capillita.
No se puede ser más cuñado que llevarse al Rey a Sevilla para explicarle todo el mundo capillita.

Pero esto no sería un problema si no fuera porque los cuñados quieren ser los tertulianos del mundo real, quieren saber opinar de todos los temas, pero cuando digo saber me refiero a que quieren saber más que cualquier ciudadano de a pie. Es una especie de autoengaño, de autoexposición al ridículo, pero por mucho que le den lecciones no cambian en su actitud. Antes podía colar, de hecho los primitivos cuñados leían el Reader’s Digest como si fuera su Biblia, y quedaban como dios cuando salía cualquier tema en la tertulia. Luego llegó internet, la Wikipedia… Y le jodieron la «exclusividad».

En las redes sociales todos somos tertulianos y dejamos salir al cuñado que llevamos dentro. Sólo hay que observar lo que llega a escribir la gente tras una noticia de impacto. Escuchan un comentario en la radio y desde ese momento se convierte en dogma sobre el que construir todas sus creencias. Da igual si es falso, de ahí no le vas a mover.

Son especialistas en difundir noticias falsas porque no les importa contrastar lo que les llega. Quieren ser los primeros en provocar la viralidad, ser el altavoz que transmita «la verdad», por eso son carne de cañón para las conspiranoias y las magufadas (que levante el ratón quien no haya tenido a un cuñado explicándole lo maravillosas que eran las pulseras Power Balance).

El problema más serio llega cuando son capaces de construir todo un argumentario basándose en dos programas de televisión que hayan visto o tras escuchar una tertulia radiofónica. Ni contrastan las fuentes ni se preocupan por encontrar esa información en otro sitio. Esa información ya está en su cabeza y su misión en esta vida es difundirla, aumentada y mejorada. Lo malo es que muchas veces se meten en charcos porque difunden bulos y mentiras, lejos de rectificar como mucho borrarán los tuits y poco más. Ojo, que como te atrevas a desmentirles lo mismo hasta te muerden. No, no corren tanto para avisar que lo que ellos están contando es falso, eso hace perder karma cuñado.

Dejé de escuchar a Carlos Herrera el día que descubrí cómo sus tertulianos difundían tres bulos en una misma mañana. Eran temas muy serios, sólo recuerdo uno de ellos que pretendía atacar a Jordi Basté, el líder de las ondas en Cataluña. Un tertuliano juraba y perjuraba que Basté daba cada mañana los buenos días a los catalanes diciendo algo así: «Buenos días, arriba que hay que trabajar para mantener a los vagos Andaluces». Y el resto de tertulianos, lejos de escandalizarse se lanzaron a criticar al locutor catalán. Ninguno se paró a contrastar esa información o al menos escucharlo con sus propios oídos. Eso es lo que diferencia a un cuñado de un ciudadano normal. No hay precaución, la prudencia es su enemiga.

No hace falta decir que ese bulo era falso y jamás había dicho eso. Pero el mensaje ya había calado entre los catalanófobos, que tenían un argumento más para alimentar su odio. Y como este ejemplo hay miles, también entre los cuñados de Twitter se producen estas cosas cada día. La última fue acusar a Mariló Montero (ex-mujer de Carlos Herrera) de hacer unas declaraciones sobre el accidente de avión de Germanwings. Todos hemos visto los tuits que circulaban con sus palabras, pero ninguno fue a comprobar que era falso, que esa declaración nunca las realizó la presentadora. Pero como ya he dicho, eso es secundario.

mariló montero

Sufro mucho por estos cuñados 2.0 que habitan Twitter. Su mayor empeño es lograr miles de RTs difundiendo todo lo que le llega por otras fuentes. No, no contrasta nada, ni aunque sea muy evidente. Otro ejemplo, también relacionado con el accidente del avión, fueron los tuits que circulaban criticando a Artur Mas:

tuit criticando a artur mas

La realidad era que Mas dijo esto: «una cosa son los apellidos y otra la nacionalidad. Hay que esperar, en breve tendremos toda la información». Y no iba mal encaminado porque había varias víctimas con apellidos «extranjeros» que eran de nacionalidad española y viceversa, ciudadanos con apellidos «españoles» pero de nacionalidad Alemana.

Luego esos tuits los leen los tertulianos y ya tienen armamento para utilizar en sus tertulias de radio. Es un sistema que se retroalimenta, unas veces son los cuñados 2.0 los que se hacen eco de lo que dicen sus tertulianos de cabecera y otras son los líderes mediáticos los que rescatan de las redes (arde twitter) los bulos que circulan sin contrastar.

Y ejemplos podemos encontrar miles, el otro día con las elecciones andaluzas salieron a la luz todos los cuñados que siguieron difundiendo bulos y tópicos:

per andalucía

topicos per andalucía

A estos cuñados no les interesa saber la realidad, sueltan su soflama que habrán escuchado en alguna tertulia de radio y se quedan tan panchos. La realidad es que en Andalucía hay 8,45 millones de habitantes (censo 2012) y actualmente reciben el PER 104.000 personas (según Argos – Junta de Andalucía), y que el importe son 150 millones de euros, lo mismo que reciben en ayudas otras comunidades como Cataluña para ayudas al empleo juvenil (fuente).

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