Hace tiempo os expliqué el código de los plásticos que usamos a diario, aquel artículo trajo algo de cola porque pocos conocían el tema y alguno incluso se llegó a preocupar más de la cuenta. El post se llamaba Consejos para evitar los riesgos de las botellas de plástico, y básicamente expliqué el significado de los números que aparecen en la parte inferior de las botellas que tenemos en casa.

Lo que me sorprende es que hubiera tanta gente desconocedora de este código numérico. Hablamos mucho de que vivimos en la era de la información, pero ya sea por exceso o porque a alguien no le interesa que se sepa, hay algunas cosas básicas que nadie se ha dedicado a explicarnos pese a que estén relacionadas de cerca con nuestra alimentación, y por tanto, con nuestra salud.

Hoy toca hablar de una nueva forma de etiquetar lo alimentos que entrará en vigor a finales del 2016 en la Unión Europea, bajo el reglamento 1169/2011. El cambio va a ser más importante de lo que imaginamos, por primera vez se arrojará algo de luz a lo que comemos para saber de donde procede los principales ingredientes que compone ese alimento (en este caso será obligatorio etiquetar el origen de la carne, de la leche o derivados lácteos utilizados, tanto de la crianza como la manipulación). Empezaremos a conocer un poco más qué se esconde bajo la denominación genérica de «aceite vegetal», que no sé tú, pero a mi me da una grima enorme porque no se si eso de «vegetal» es de oliva, de semillas, del colza o de palma. Y no sólo eso, también veremos la fecha de la primera congelación de los productos congelados, algo que va a hacer que la industria se resienta y deje de colarnos la mierda que venden en muchos casos, que lleva congelada meses o incluso años.

Pero antes de proseguir, ¿estarías dispuesto a pagar un sobreprecio para que el etiquetado de los alimentos fuera más preciso y detallado? Es un tema interesante, porque en la UE han hecho estudios preliminares en ciertos centros de alimentación para conocer si los consumidores prefieren comprar más barato o con más información de lo que comen.

Cuando leí esto pensé rápidamente en lo cerca que estamos de empezar a vender pienso para humanos: bolitas de fécula de maíz aromatizado con sabor a queso y carne. Habría gente que estaría dispuesto a alimentarse de eso si lo pueden comprar barato, no me cabe la menor duda, hay gente que valora muy poco su alimentación.

No hace mucho tiempo que los alimentos muestran su valor nutricional en el etiquetado, recuerdo que hice un trabajo para clase cuando iba al instituto y en el supermercado había casi la mitad de artículos que no detallaban su composición. Se va a pasar a todo lo contrario, los alimentos llevarán el etiquetado más exhaustivo que se ha conocido hasta ahora. Pero sigue faltando algo, los lobbys de presión han logrado que en la UE no se tome una gran idea que ya funciona en Reino Unido: la etiqueta de colores.

La idea es que los alimentos en Reino Unido llevarán unas etiquetas de colores (rojo, ámbar y verde) en función de si la cantidad que incluye de ese componente es elevada respecto a la recomendada para un adulto al día. Por ejemplo, si compras un plato precocinado y tiene mucha grasa, la casilla de «Grasas: 50%» aparecerá de color rojo. Lo mismo con la sal, azúcar, grasas saturadas y calorías. En Reino Unido ya se está llevando a cabo esta forma de etiquetar los alimentos.

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Pero esa forma de etiquetado no llegará por ahora a Europa, y el motivo es que los fabricantes no quieren que la gente «etiquete» a sus productos, que los «estigmatice».

Hay algunos fabricantes que ya están usando estas etiquetas en sus productos, sobre todo Caprabo/Eroski en los productos de marca blanca, pero por ahora son la excepción. Tal vez los propios consumidores tengamos en nuestra mano forzar que se adopte por parte de toda la industria.

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