Es tan sencillo como ir a un burguer en tu coche, y llevar un vaso colgado del techo con un hilo muy fino. Y dejar que las chicas que atienden en la ventanilla vean el vaso flotando en el aire sin que nadie lo sujete. Es tan simple y divertido que me dan ganas de probarlo y ver si aquí en España somos tan ingenuos como esta gente.
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