Estaba leyendo un interesante post sobre el Efecto Pigmalión y he recordado la paradoja que me surge ante tales planteamientos. Si no quieres perder el tiempo leyendo la definición en la Wikipedia, te puedo resumir un poco el tema. Te acuerdas de la película My Fair Lady, donde una pobre chica medio analfabeta se convertía en toda una dama elegante y respetable? Se basa precisamente en ese Efecto Pigmalión, pero al menos desde mi punto de vista, tal efecto está sobrevalorado y hasta podría llegar a poner en duda de su veracidad.
La prueba más clara a su favor la aporta un experimento llevado a cabo con un profesor al que se le asignaba un grupo de alumnos normales, pero al profesor le habían dicho que eran todos sobresalientes y muy competentes. Al final del curso las notas fueron superiores a la media porque le profesor puso mucho empeño y dedicación al pensar que contaba con buena «materia prima».
Esa prueba la desarmo yo con dos preguntas:
Si el profesor pone el mismo empeño en todos sus grupos de alumnos, todos reaccionan de la misma manera? Si los alumnos sobresalientes reciben clases de profesores mediocres, se igualan a los alumnos normales? Entonces donde radica el valor del alumno?
Estamos hablando de que hay buenos y malos alumnos. A su vez, los malos puede rendir como buenos gracias a la mano del profesor. Pero eso no siempre es así, es más, pocas veces se cumple que las expectativas de un profesor se ven cumplidas en sus alumnos. O de qué manera podríamos explicar el fracaso escolar bajo el punto de vista del Efecto Pigmalión?
Últimamente tengo un debate parecido con mi familia, gira en torno a nuestra hija pequeña de 2 años. Ellos piensan que es muy guapa, muy lista, muy pícara, muy cariñosa, muy despierta… Yo digo que es una niña normal, que hace las monerías típicas de todos los niños a su edad. Ellos me ponen de ejemplos otros niños que no hacen las cosas que hace mi hija y yo respondo que en esos casos son niños que no son normales. Y ahí dejamos el debate habitualmente.
Siguiendo el planteamiento del Efecto Pigmalión, yo estoy provocando que mi hija no llegue a desarrollar todo su potencial por el simple echo de no considerarla «especial». O al contrario, mi mujer y mis suegros lograrán que mi hija llegue a desarrollar todo su potencial porque así lo consideran desde pequeña. Es eso así?
Pues yo le veo lagunas al planteamiento. Si un efecto no siempre se cumple, hasta qué punto podemos tomárnoslo en serio? Me lo parece a mi o huele a superstición todo ésto?
Que si, que entiendo y reconozco que un mal profesor puede arruinar tu futuro académico (lo he vivido en mis propias carnes). Que un gran maestro puede estimular tus ganas de estudiar y saberlo todo sobre una asignatura. Pero en ambos casos son efectos limitados en el tiempo, pasajeros y muchas veces reversibles.
Me quedo con la idea de que hay que apoyar y dar confianza en todo lo que hagan nuestros hijos (faltaría más), eso les ayudará a lograr las metas a las que su potencial les permita alcanzar. Pero no más allá, eso está claro también, verdad? No pretenderemos lograr de nuestros hijos que desarrollen expedientes académicos de matrícula de honor hasta el doctorado, que logren plaza de abogado del Estado ni Juez de la Audiencia Nacional.
Es que en el mundo de los deportes vemos eso cada día. Padres que ponen toda su ilusión (y frustraciones personales) en hacer de sus hijos el próximo Cristiano Ronaldo. Cuantos lo consiguen? Cuantos niños llegan a ser verdaderos profesionales del deporte? Cuantos de ellos lo lograron por la insistencia de sus padres?
Al menos para mi me resulta muy complejo todo, hay mucho que matizar y en absoluto acepto que el efecto se cumpla siempre. Y tú?
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