La censura en el cine tiene dos paradojas fundamentales. En primer lugar se encuentra la realidad de que es imposible evitar que una copia no censurada llegue al gran público. No lo lograron en las épocas de mayor represión tras la 2ª Guerra Mundial ni lo consiguen ahora que tenemos tantos medios de comunicación a la alcance de la mano. Y en segundo lugar tenemos que solo hay que echar la vista atrás para descubrir lo ridículas que resultan ahora las imágenes que se censuraron hace casi un siglo en el cine. En aquella época eran demasiado picantes e incluso obscenas, pero hoy vemos más sexo en cualquier capítulo de Hannah Montana.
Cuantas cosas se han perdido en el tiempo por culpa de la censura, cuantas han sido realmente motivo de tantas molestias. Es que nadie pensaba que el tiempo borraría tanto espíritu mojigato?
Algún día os hablaré de una de mis tías que trabajaba de montadora en Sevilla recortando ,según dictaba la censura de aquello años, los fotogramas más picantes de las películas de la época. Luego todos bromeábamos pensando en la de besos apasionados de los que mi tía fue la única espectadora…
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