Cuando formas una familia aparecen retos que antes no tenías, es una situación nueva y muy diferente a lo que estabas acostumbrado cuando vivías en casa de tus padres.
Ahora ya no puedes vivir al día, siempre tienes que hacer números para llegar a fin de mes y que a los tuyos no les falte de nada.
Antes si no tenías dinero para ir de camping con los colegas en verano, pues te quedabas en casa jodido.
Ahora si no llega el dinero a fin de mes no puedes decirle a tus hijos que durante esta semana no se va a desayunar, no se van a comprar pañales ni se van a comprar medicamentos para la diarrea del pequeño.
Uff, es duro verdad? Tanto si eres un chaval sin visos de formar una familia en la próxima década como si eres como yo un papá novato, este tipo de situaciones las quieres tener cuanto más lejos mejor.
No me gustaría estar en la piel de los padres que se han quedado en el paro y que se les acabó el subsidio justo antes de las navidades.
Porque claro, tus padres te podrán dejar dinero para pagar los recibos y comprar ropa y comida. Pero y el resto qué?
No soy un cristiano muy practicante, ni voy a misa (ya ni pongo la X en la declaración de la Renta), pero si te soy sincero si que sigo rezando por las noches para que nunca me vea en una situación parecida.
Y cómo consigues evitar que se llegue a esta situación crítica? Pues analizando tu forma de vivir y plantear a rajatabla una serie de prioridades vitales.
Cuales son esas prioridades vitales? Pues casi siempre están relacionadas con los gastos e ingresos de la familia. Tanto ganas, tanto gastas. Si sale más de lo que entra es cuestión de tiempo de que te des el trompazo contra el duro cristal de la realidad.
En mi caso, tengo como prioridad el bienestar de mi hija. Cuando digo bienestar no me refiero a que a mi niña no le falte de nada, que tenga todos los juguetes del catálogo de Toys’r’us, ni que vista siempre con ropa de marca.
El bienestar no llega (sólo) desde el punto de vista material. Si no es feliz no alcanzará el bienestar personal, ese que pocos han conocido y otros (la mayoría) sólo lo saborean de tanto en tanto y siempre por espacios de tiempo muy reducidos.
Por tanto, buscaré siempre su desarrollo como persona, empezando por elegir el mejor colegio que mi economía me permita. Lucharé a brazo partido contra el fracaso escolar, que suele ser menor en los colegios privados, le pese a quien le pese.
Teniendo ese punto atado y bien atado te aseguras que sólo dependa de su capacidad intelectual y de la ilusión que esté dispuesta a poner en los estudios, para llegar a acceder a la carrera en la que tenga puestas sus esperanzas. Jamás decidiré por ella porque la vida me ha enseñado que sólo cuando haces las cosas con ilusión y vocación es cuando te desarrollas plenamente como profesional.
De nada vale que tus padres te educasen para ser el día de mañana «funcionario» y que el fracaso escolar te dejara como víctima en el camino. Que con los años encuentres un hueco en el mercado laboral de donde sacar un sueldo de mierda con el que pagar las facturas, pero poco más. Sólo tienes que ver cuanta gente desarrolla su hobby hasta casi el profesionalismo. Suele ser el caso típico de haber elegido una carrera que le gustaba a papá pero en realidad a ti lo que te habría gusta ser es jugador de petanca profesional.
Como decía, la educación es una de mis prioridades y es una de las que cuesta mucho dinero a final de año. En mi caso no soy una persona que me guste aparentar, no me verás nunca con un coche caro (no porque no me lo pueda permitir, sino porque a mi un coche me sirve para ir de un lugar a otro, no para explicar al mundo cuantos ceros tiene mi nómina). Tampoco me verás con ropa cara (yo busco la comodidad y no miro el precio ni el cocodrilo del pecho). Y respecto a otros gastos que son inevitables, como la conexión a Internet, me aseguro bien con un comparador de ADSL que tengo contratada la tarifa con mejor relación calidad-precio. Por tanto tengo muchos sitios de donde recortar gastos para dedicárselo a la educación de mi hija.
Crees que todo el mundo está dispuesto a renunciar a sus vicios para lograr los fondos necesarios para que esas prioridades nunca estén en peligro? No, ni de coña. En estos tiempos de consumismo son pocos los que están dispuestos a quedarse sin la PS3, sin el Audi A4 y sin las escapadas con los colegas de la peña, para que sus hijos puedan ir a un colegio mejor.
Cuando dicen que el concepto de Familia está en peligro yo lo comparto. Pero no porque haya bodas gays, ni por el aborto, ni por las chorradas que cuentan los medios más rancios de nuestro país.
La Familia está en peligro porque los padres de ahora ya no desempeñamos el rol como lo hicieron nuestros mayores. Ahora cuando nacen nuestros hijos lo primero que pensamos es donde pondremos la PS3 para que el enano no te la rompa.
Si, no te rías, la cosa está así de jodida. Que el día que te enteras que vas a ser padre a final es de año, lo primero que pienses es en la putada que te va a suponer tener que quedarte sin tu «salita de juegos» para hacerle la habitación al bebé, eso dice mucho de la altura moral de nuestra generación.
Pero bueno, todo es cuestión de prioridades, verdad? Para los que estén en contra de este post podrán decir que mi forma de pensar es retrógrada, que los padres ya no tienen por qué sacrificarnos tanto por los hijos, que el nuevo modelo de familia debe aceptar que ya no sólo sean los deseos de los más pequeños los que tengan preferencia a la hora de repartir los gastos familiares. Que si papá quiere el nuevo FIFA 2010 y el nene necesita un cochecito nuevo, pues que se espere el enano al mes que viene. Que la necesidad de jugar a la PS3 estará por delante del feo vicio de salir a pasear por las tardes con tu hijo en cochecito, pufff.
O que prefieres renovar tu abono del fútbol antes de pagar un seguro privado a tu hijo (eso te suena, verdad?).
Crees que exagero? Conozco gente de mi entorno que vive cada mes gastando un 10% más de lo que ingresan. Cómo lo hacen? Pues dejan de pagar un recibo durante 2-3 meses hasta que reciben aviso de corte de suministro. Entonces pagan un recibo para evitar el corte y mantienen 3-4 recibos atrasados como algo habitual. Cuando le dan un toque entonces pagan la deuda y dejan de pagar el recibo de otro servicio, para volver a empezar con la misma táctica de pago aplazado.
Eso si, no por ello dejan de gastar en vicios inútiles como el tabaco, el abono del Barça, la televisión de pago, la play y la tele gigante de 42″.
Es flipante verdad? Pues es lo que está pasando en nuestra puta sociedad, y quizás sólo tengas que mirar detrás de la puerta de tu vecino para encontrar una situación igual o incluso peor.?
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