Desde que podemos usar Spotify las críticas musicales han comenzado a carecer de sentido, porque en lugar de perder 5 minutos leyendo lo que opina un don nadie como yo sobre un disco nuevo, abres el programa y escuchas por ti mismo los temas y te haces tu mismo un juicio de valor. Pero si eres de los pocos que no descubrió todavía lo que es Spotify o prefieres que un melómano te dé su opinión sobre el nuevo disco de Mika, aquí te dejo este post, disfrútalo.
Si en el disco que le lanzó al estrellato a Mika descubrimos un talento natural para cantar en falsete, que era capaz de sacar canciones donde recogía la esencia de otros genios como Fredy Mercury o Elton John, en este nuevo disco lo vuelve a repetir. The boy who knew too much está lleno de temas que podrían haber firmado el mismísimo George Michael o Robbie Williams, de hecho hay un par de canciones en los que incluso su voz resulta difícil de distinguir de la de estos dos cracks.
A la primera escucha del disco yo le llamo escucha en frío, la suelo hacer a las 7 de la mañana cuando voy conduciendo al trabajo. Es cuando más concentrado estoy porque mi mente está totalmente despejada, sin nada que ocupe mi memoria, así consigo encontrar parecidos razonables a otros artistas, que es en el fondo lo que más nos gusta a los melómanos cuando tenemos un nuevo disco: descubrir a qué suena y si antes se ha hecho algo igual.
Ya el primer tema We are Golden es un auténtico himno, se te queda la melodía en la cabeza resonando durante horas. Tiene ese gusanillo de las grandes canciones que lo mismo se usa de banda sonora que de jingle en un anuncio de cervezas.
Por ahora mi tema favorito es Blame it on the girls, es la que llevo tarareando desde hace días y la que resume mejor el estilo Mika, con falsetes, pianos, coros andróginos y ritmos adictivos (de los que hacen menear la cabeza).
Cuando decía que Mika sabe sacarle la esencia de otros genios para recocinarlos en sus discos me refiero a que parece que estás escuchando al propio George Michael en el tema Touches you, tiene sus mismas inflexiones de voz, sus coros, sus ritmos… Sólo le faltan las gafas de espejo, los vaqueros ajustados y la chaqueta de flecos para ser su reencarnación. Si quieres escuchar a Robbie Williams sólo tienes que poner Dr. John de claras inspiraciones Beatlemaniacas pero que parece sacado del disco Sing when you’re winning.
En general es un disco muy británico, un pop delicioso, entretenido, vitalista, que da subidón y te ayuda a pasar la mañana silbando las melodías que quedan en tu memoria de forma casi inmediata. Mi mujer escuchó un par de temas y no se creía que era la primera vez que los escuchaba, porque casi que se las podía tararear completas (eso cómo se logra?).
No es que sea mi música favorita pero si es de la que más escucho cuando tengo que hacer algo en el ordenador, creo que es la que más me ayuda a concentrarme cuando escribo en el blog y por eso la escucho tanto.
Ahora te dejo el enlace a su disco The Boy who knew too much para que lo escuches directamente desde Spotify y termines de hacerte tu propia composición mental. Si encuentras algo interesante y que yo no he sabido reflejar en este post te invito a que lo compartas en forma de comentario. Igualmente, si no estás de acuerdo en algo de lo que apunto, eres libre de criticarme, es lo divertido de hacer una crítica, que siempre hay alguien que piensa todo lo contrario que tú.
Espero que le sigan llevando su carrera musical tan bien como hasta ahora, creo que llegará lejos.
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