No pensaba que me fuera a poner nervioso, pero si, estoy acojonado. Mañana mi hija Anna comienza a ir a la guardería y será la primera vez que la deje en manos de personas que no son de mi confianza.
En absoluto soy un paranoico, todo lo contrario, me considero muy liberar y que cada uno vaya descubriendo sus límites y en qué consiste la puta realidad.
Pero algo dentro de mi cabecita se debe haber activado, no sé si ha sido el chip padrazo o simplemente algo natural que sufren todos los papás novatos el primer día que dejan a sus mayores tesoros en manos de extraños y rodeados de otros niños que no conocen.
El caso es que mañana haremos la primera toma de contacto, la dejaremos sólo un par de horas por la mañana y otra horita y media por la tarde. Veremos cómo acaba todo, quién llorará más, si la niña o los padre…
Déjame tu comentario: