Ya sé que es muy simple la broma, pero reconoce que es muy efectiva. Tan sólo hay que cambiar el muñecote de la puerta de un vestuario para reirte un rato con la reacción de los hombres que por error entran en el lado femenino. Pero es que luego se lo vuelves a hacer y entonces si que ya no saben qué cara poner. Juasss, buenísimo:
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