Cada mes ingresas 2.000€ pero no vas a trabajar a ninguna oficina. Quedas con tus amigos para charlar un rato y no te importa que sean más de 300. Te enamoras y tienes sexo sin miedo a las enfermedades de transmisión sexual…
No, no os estoy hablando de un mundo maravilloso (para algunos), os estoy describiendo lo que puede llegar a ser Internet para muchos internautas, un auténtico universo paralelo.
Toca hacer un ejercicio de imaginación: ponte en la situación de un hombre de campo, alejado de cualquier gran ciudad, que consigue día a día las cosas básicas para su vida, que se relaciona con un grupo reducido de vecinos, que no tiene vicios (sólo su copita por la mañana y un poco de tabaco aunque su mujer y el médico se lo tengan prohibido) y se conforma con que mañana vuelva a amanecer.
Ese hombre se mantiene informado por las cartas que recibe de vez en cuando. Si necesita contactar con sus vecinos/amigos se acerca caminando hasta sus casas, entra sin llamar, se sienta a echar un chato de vino y vuelve a casa tranquilamente.
La única vez que navegó fue cuando cogió un barco para hacer la mili (2 años en Melilla), no sabe lo que es un ordenador, nunca lo ha usado ni mucho menos lo necesita.
Siendo joven le gustaba ir al cine a ver las películas de cowboys y leer los tebeos del Guerrero del Antifaz, que todavía guarda en un viejo arcón. Para él internet sólo le suena a nombre de fertilizante para sus tomates…
En un universo paralelo llamado Internet existen jóvenes que si no existiera la electricidad serían unos inútiles, sin recursos ni conocimientos para obtener comida por sí mismos. Se relacionan con listas de amigos inmensas, presumen de tener 2.000 followers en twitter aunque no sabe el nombre de su vecino del rellano. Mantiene relaciones de cibersexo aunque hace años que no está con una chica en el mundo real, gana dinero por copiar/pegar información que sólo le interesan a especímenes como él, personas que existen en el mundo real pero que sólo viven en el universo paralelo conocido como internet.
Si quiere contactar con sus amigos, les deja un aviso en facebook, tuenti, twitter… Tiene cientos de herramientas para hacer lo mismo, pero aún y así sigue utilizandolas todas, porque no puede dejar de probar este tipo de herramientas.
Consume música, información, videos… a todas horas y en tal cantidad que supera con creces el volumen de películas que veían sus padres a su edad. No por ello sabe valorar más el cine ni mucho menos la música, porque para él son sólo objetos de consumos, los ves, los oyes y si no te gustan lo borras.
Conoce 10 veces más personas en internet que en el mundo real, en caso de necesidad no tendría a más de 2 o 3 amigos a los que pedir ayuda fuera de internet. Aún así, se pasa horas en SecondLife tomando copas en bares que no existen, ligando con chicas que no existen, gastando dinero que no existe, paseando por calles que no existen… O sí existen?
Ambos personajes podrían vivir el resto de su vida sin entrar en contacto el uno con el otro. Su educación es diferente, su economía es diferente, su alimentación, su forma de vestir, su forma de hablar, sus relaciones interpersonales, sus aspiraciones, incluso su esperanza de vida.
En el mundo real los dos viven en el mismo pueblo, uno en frente del otro, pero cuando se cruzan por la calle siempre es el agricultor el que le lanza un «buenos días, chaval» y el otro nunca le responde porque se aisla de la otra realidad escuchando su iPod a todo volumen.
Si existen este tipo de universos paralelos que todos conocemos, quién te dice a tí que no existen otros universos donde suceden cosas que desconocemos y por ese mismo motivo nos negamos a aceptar que puedan existir…
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