Te imaginas un vuelo desde Madrid hasta Nueva York, aguantando a tu compañero de asiento mientras discute por teléfono con sus clientes? O si te toca alguna abuelita que decide amenizar las 6 horas de vuelo llamando a sus 25 nietos para contarles que su abuela está volando a Ameríca? Sería para volverse loco…
Desde que el pasado abril la Comisión Europea dio luz verde al uso de móviles para mandar mensajes de texto y correos electrónicos durante el vuelo, las aerolíneas se han lanzado a una carrera tecnológica para ofrecer primero y mejor ese servicio, que todavía no está disponible en la mayoría de las rutas que cruzan Europa. En Estados Unidos, American Airlines lo ofrece desde el 20 de agosto. Hasta ahora, este país era el más reticente a permitir el uso del móvil en el avión, no por miedo a interferencias, sino a la «ira aérea» que podría provocar un vuelo de varias horas con docenas de viajeros conversando a la vez y en voz alta.
Vía | ElPais
No me quiero imaginar coger un vuelo del puente aéreo a primera hora, cuando está lleno de ejecutivos y hombres de negocios, discutiendo todos a la vez por el móvil durante todo el trayecto…
Creo que las aerolíneas deberían también habilitar una salida de emergencia para los pasajeros que se quieran bajar en marcha o directamente para el que quiera tirar a su vecino por la borda.
Entiendo que hay gente que no puede dejar de hablar por el móvil ni 2 minutos, sólo tienes que prestar atención al momento del aterrizaje de un avión, en cuanto el aparato se enfila hacia la terminal, enseguida comienzan a sonar las melodías de los móviles que vuelven a ser conectados por sus propietarios impacientes que no pueden esperar a llegar a la puerta de desembarque para conectar sus móviles.
Vale que hay gente para las que su tiempo vale mucho dinero, pero seguro que son muchos más los que utilizarían el móvil para llamadas innecesarias y que podrían esperar a que aterricen.
Tengo 2 propuestas:
– Que se permitan las llamadas pero que le apliquen un sobrecoste de 5€/min. Así lo utilizarán sólamente los hombres de negocio que vayan a tratar un tema realmente importante.
– Que separen a los pasajeros entre movil-adictos y no-móvil-adictos. Básicamente lo mismo que se hacía antes entre fumadores y no fumadores. Que la parte trasera del avión esté insonorizada con una cabina de metacrilato y que puedan llamar, enviar sms, hacer videollamadas o jugar al solitario sin molestar al que sólo quiere llegar lo antes posible a su destino, a poder ser sano y salvo.
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