Antes de comenzar a argumentar este título, quiero explicarte el motivo de este artículo.
Siempre me he fijado en un detalle curioso, y es que los humanos bebemos leche desde que nacemos y hasta que morimos, pero no conozco ningún mamífero que comparta esta costumbre con nosotros.
De hecho, si nos fijamos en las mayores protagonistas de esta historia, las vacas, y observamos sus terneros, estos dejan de mamar a medida que van creciendo. Con lo fácil que lo tendrían ellos, a cualquier hora del día, sin importar la edad que tenga el ternero ya convertido en vaca o toro… Buscan a su mamá, y a tomarse un trago.
Tú haces lo mismo por las mañanas, te vas al frigorífico, coges el tetra brik de leche y te tomas un trago. Pero este hábito es saludable?
Pues resulta que no soy el primero que piensa ésto, y he encontrado mucha información coincidente en páginas vegetarianas.
Pero todas estas argumentaciones tienen muy poco fundamento, pocos estudios serios y mucha alusión a la Medicina China (como si eso fuera suficiente).
Una vez que se me pasó la paranoia, decidí buscar algo más de información sobre la leche y sus nutrientes. Y descubrí que la lactosa no la tolera mucha gente, y que hace sólo 3.000 años que los seres humanos la toleramos (desde que comenzó la ganadería), o que no necesitas tomar leche para completar tu dieta diaria, porque las verduras también tienen calcio.
También encontré una página donde recopilan información que justifique el NO consumo de leche, su título lo dice todo:
Y como siempre ocurre en este tipo de casos, donde hay una paranoia social, siempre aparece un Gurú que-todo-lo-sabe, y que se atreve a recomendar una dieta que te librará del cáncer, sólo tienes que dejar de consumir productos lácteos.
Si quieres seguir aumentando tu paranoia, aquí te dejo una lista de enfermedades y cómo afectan los productos lácteos en su aparición y crecimiento:
Cáncer de Ovario
La galactosa, un azúcar simple resultante al descomponer la lactosa de la leche, ha sido asociado con el cáncer de ovario. Se ha estimado que el 10% de la población carece de la enzima responsable de metabolizar la galactosa, conduciendo a la acumulación de dicho azúcar en órganos como los ovarios. Se cree que esto desencadena una serie de fenómenos que conducen al aumento en los niveles de hormonas en circulación, lo que puede promover el cáncer de ovario. Los alimentos con los mayores contenidos de lactosa son el yogurt, la leche descremada, los helados y el queso fresco.
Cáncer de mama
Las tasas de cáncer de mama han sido correlacionadas con la ingesta de productos lácteos en diversos estudios hechos a poblaciones. De acuerdo con el Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM), la leche de vaca es un “cóctel de sustancias químicas provocadoras de enfermedades” y hay varias hipótesis que asocian el cáncer con el consumo de leche. Se sabe que el exceso de estrógeno incrementa la reproducción de las células cancerosas. No sólo la leche contiene vestigios de estrógenos de la vaca, sino que la grasa contenida en la leche, como en cualquier alimento, aumenta la producción de estrógenos en el cuerpo de la mujer. La leche también es rica en IGF–1, un factor de crecimiento que provoca la multiplicación de células cancerosas en estudios realizados en tubo de ensayo; aún no sabemos hasta qué punto los humanos absorbemos el factor IGF–1 de la leche de vaca. Añadiendo problemas potenciales, ahora muchas granjas lecheras usan BGH (hormona de crecimiento bovino), la cual aumenta la concentración de IGF–1 en la leche, para aumentar la producción de leche.
Anemia
Si los niños son alimentados con leche de vaca, se pueden producir pérdidas de sangre en el intestino, provocando anemia. En los niños, la deficiencia de hierro puede aparecer como consecuencia de una excesiva ingesta de leche de vaca ya que ello desplaza a otros alimentos ricos en hierro en la dieta. Además los nutricionistas sugieren a menudo que los individuos anémicos no consuman leche junto con los alimentos ricos en hierro ya que el calcio puede reducir significativamente la absorción de hierro.
Intolerancia a la lactosa
Aprox. 2/3 de la población mundial no puede digerir el azúcar de la leche, la lactosa. Los síntomas comunes experimentados después del consumo de leche incluyen hinchazón, gases, diarrea y nausea. En muchas partes del mundo no se consumen productos lácteos o bien juegan un rol limitado en la dieta.
Cataratas
Se ha especulado que el metabolito de la lactosa, la galactosa, juega un rol importante en la formación de cataratas. La galactosa se convierte en galactitol, lo cual se cree que daña la estructura de la lente del ojo, produciendo cataratas.
Diabetes Mellitus insulino–dependiente
Los bebés genéticamente susceptibles que consumen leche de vaca aumentan su riesgo de contraer diabetes juvenil en su niñez. Una proteína específica que se encuentra en los productos lácteos, podría desatar una reacción inmune que destruye las células productoras de insulina del páncreas. Un estudio encontró que los niños que consumen leche regularmente, tienen el doble de riesgo de padecer diabetes. Sin embargo, estas investigaciones todavía no son concluyentes.
Cólicos
Algunos bebés son sensibles a las proteínas de la leche de vaca y experimentan cólicos como resultado del consumo de leche. Su molestia resulta de la alimentación con leche de vaca, fórmula infantil a base de leche o leche materna de una madre que consume leche de vaca.
Alergias y asma
Es sabido que la leche es un alérgeno común. De acuerdo con el PCRM, problemas respiratorios, enfermedades de la piel, pequeñas ulceraciones dolorosas, u otros problemas de salud pueden ser provocados por la ingesta de productos lácteos. Para quienes padecen de asma y alergia, puede valer la pena intentar eliminar los productos lácteos de la dieta, durante un periodo de prueba.
Enfermedad Cardíaca
La mayoría de los productos lácteos contienen grasas saturadas, lo cual está fuertemente asociado a la enfermedad cardíaca. Algunos prefieren la margarina en vez de la mantequilla, pero la margarina ha sido hidrogenada haciendo que contenga grasas trans no naturales, las cuales también se han asociado con la enfermedad cardíaca. Todas las grasas (incluso mantequilla, margarina u aceite) contienen aprox. 13g grasa/T, pero cuanto más líquida es la grasa, menor porcentaje de saturadas contiene. Las grasas monoinsaturadas como los aceites de oliva, canola y cacahuete son mejores para el corazón que las grasas saturadas. La mejor apuesta es dejar la mantequilla y la margarina, y preferir el aceite de oliva extra virgen o las cremas no hidrogenadas o mejor aún, simplemente disfrutar el sabor natural de los alimentos!
Mi recomendación es que no te obsesiones con este tipo de cosas, cada día que pasa hay menos causas de muerte, ya casi todo se cura, desde que nacemos tenemos 2 causas seguras de muerte, una es el cáncer y otra un accidente de tráfico. Después hay muchas más opciones que puedan acabar con tu vida, pero hay un 66% de posibilidades de que moriremos de una de esas dos maneras.
Así que con esta estadística, además de no tomar leche para no padecer cáncer en el futuro, tampoco subirías a un coche a diario, no?
En fin, uno no elige donde nace ni cómo muere, así que mejor será que disfrute del viaje, mientras dure.
Y ahora sal a dar un paseo, disfruta del día, aunque haga calor, admira un gran árbol, contempla cómo vuelan los pájaros, escucha cómo suena el agua al caer… Eso sí merece la pena, y no comerse la cabeza con estas paranoias.
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