Un día cualquiera en un atasco, alguien se calienta más de la cuenta y le dice cuatro cosas al del coche de al lado.
La cosa llega a mayores y a pesar de que tu mujer intenta frenarte tu eres muy macho y te bajas del coche con intención de partirle la cara al capullo con el que estabas discutiendo. Pero no sale como habías pensado…
Increíble el golpe, qué rápido y qué técnica tan depurada. El pobre desgraciado ni ha visto llegar el brazo cuando ya estaba en el suelo durmiendo la siesta.
La próxima vez eligirá mejor a su enemigo antes de bajarte del coche…
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