Entiendo que puede resultar una ofensa para algunos que me atreva a comparar una obra maestra como Breaking Bad con cualquier otra serie. Es una serie redonda, comienza y termina de forma magistral y deja un sabor de boca sensacional, que lo disfrutas una y otra vez cuando recuerdas la historia. Además, tiene el plus de ser una historia basada en hechos reales, algo que poca gente sabe.
Me enganché ya tarde, le llegué a dar tres oportunidades pero la acababa abandonando en el capítulo 3 o 4 de la primera temporada (me pasó también con Mad Men, así que no pierdo la esperanza nunca. Al final siempre las retomo y me convierto en adicto). Pero luego me tragué cada episodio como si fuera una droga, no podía parar de ver temporadas completas, una tras otra.
Logró algo fantástico: que empatizáramos con un «loser» que vivía con miedo, un fracasado que daba más pena que otra cosa, al que la vida le tiene preparado una última crueldad en forma de cáncer terminal. Esta enfermedad de por sí ya echaría para atrás a mucha gente, sabes que va a morir tarde o temprano, pero lo que sucede entre medio merece tanto la pena que compensa.
Os aseguro que cuando le recomiendo a alguien Breaking Bad y le explico el argumento, o lo cuento muy bien o me dicen que ni de coña van a perder el tiempo viendo una serie tan dramática. Pero luego explico la evolución del personaje, su mutación física y mental, cómo el poder le cambia hasta sacar a la persona que en el fondo siempre fue. Y claro, así ya convenzo a más de uno que pasa a formar parte de la «hermandad de adoradores de Heisenberg».
Ahora estoy tratando de hacer lo mismo con otra serie, mucho menos conocida, House of Cards. No podemos compararla en casi nada, aquí la temática está muy centrada en la política de la Casa Blanca, los chanchullos entre la prensa y los políticos. El protagonista es un pedazo de hijo de puta, nada que ver con el bueno de Walter White.
Pero tiene algo que te atrapa, los personajes que rodean al protagonista son más completos, son más profundos, cada uno con su propia vida llena de secretos. En BB (Breaking Bad) por momentos parecía todo una caricatura, en HoC (House of Cards) hasta el último que aparece en pantalla tiene doble vida, secretos que esconder y que al final siempre influyen en la trama. En ese sentido la trama de HoC está más trabajada. Cuenta con una ventaja, HoC es una versión americana de una miniserie de la BBC que se estrenó en 1990. Esta serie original, escrita en forma de trilogía, está basada a su vez en partes de Macbeth y Ricardo III, sintetizando las ansias de poder, la ambición y el poder.
Cuando dije que estaba empezando a ver House of Cards, muchos amigos me avisaron que la segunda temporada flojeaba, eso al principio me echó para atrás, pero una vez vista creo que es cuestión de gustos personales y de fijarte en otros detalles. Por ejemplo, la segunda temporada cuida mucho más la fotografía, es más oscura y los decorados juegan un mayor papel. Cierto es que no hay tantas sorpresas en la trama, pero al menos para mi sigue siendo mejor que la primera.
En lugar de hacer una crítica subjetiva, he preferido recurrir a Metacritic, donde aparecen recogidas las críticas de los especialistas de los mejores medios del mundo. Usando los puntos que les dieron a las diferentes temporadas de ambas series he hecho esta sencilla gráfica para ver cómo fue creciendo Breaking Bad y cómo puede llegar a hacerlo House of Cards.
Con Breaking Bad te sorprendía cómo iba cambiando el protagonista, cómo salía de su ostracismo para convertirse en un narcotraficante sin escrúpulos. En House of Cards sabes que ese político acabará llegando a donde quiera porque no duda en hacer lo que haga falta, su falta de escrúpulos provoca miedo en sus rivales, lo que le convierte en un hombre poderoso. Aquí gana BB porque no te imaginas cómo acabará Walter White, en cambio HoC desde el principio ya te hueles a donde llegará Frank Underwood.
Al igual que con BB te metías en el papel del protagonista y te planteabas qué harías tú en esa situaciación, con HoC te preguntas si tú llegarías a hacer lo que hace el protagonista. En ambos casos pones a prueba tu ética, tu moral, tu capacidad de controlar tu poder y tu ego.
También hay algo muy importante que decir, creo que BB se estiró más de la cuenta, hubo temporadas excesivamente largas (sobra la trama de la cuñada, un personaje desesperante). Creo que con 2-3 temporada podrían haber contado lo mismo. Y en eso también gana HoC, que han cerrado la segunda temporada de tal forma que podrían hacer una tercera o acabar aquí para siempre. Es más, creo que a partir de este punto será sólo estirar una gran trama, no aportará nada nuevo ni sorprendente. La escena final del S2E13 de House of Cards es un final perfecto, mejor incluso que el de Breaking Bad (si, es mucho decir, pero cuando lo veas me cuentas en forma de comentario).
Y mi último comentario positivo es para House of Cards. Esta serie tiene un gancho especial: habla con el espectador. Es un recurso poco utilizado, pero que te convierte en cómplice de la trama, logra aumentar la empatía e incluso completa la trama al adelantarte las intenciones del protagonista. En ciertos momentos, Frank se gira hacia la cámara y te hace un comentario, siempre geniales.
Nada podrá igualar a Breaking Bad, es una joya de pura artesanía. Pero si echas de menos una serie donde el protagonista te atrape, House of Cards debería ser la próxima de tu lista.
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