La semana pasada me preguntaba un compañero de trabajo sobre qué cámara réflex digital podría comprarse. Si, es otro que pronto papá novato, con una hija recién nacida y con la crisis de los 40 a la vuelta de la esquina. En definitiva, es uno de los nuestros.
Como ya sabía para qué iba a usar la cámara (fotos al bebé y grabar algún video cuando comience a hacer las primeras monerías) le dije que no le merecía la pena, que con el móvil tenía suficiente, así que se me ocurrió escribir este post a modo de respuesta, seguro que le servirá a alguno más.
[box type=»info»] 1 – Sólo es una cámara[/box]
El primer motivo es que con una inversión de 600-900€ sólo tendrás una cámara, con algún objetivo de esos que vienen en el kit que funcionan mejor como pisapapeles que para hacer fotos de calidad. Para hacer buenas fotos necesitarás primero un curso de fotografía, que te enseñen las claves para hacer una buena composición, cómo jugar con la profundidad de campo, el encuadre… Y ya no hablemos de aprender a usar herramientas fundamentales como Lightroom o Photoshop para revelarlas y que queden justo como a ti te gustan, como imaginaste que quedarían cuando las hiciste y luego el exceso de luz te dejó quemada.
[box type=»info»] 2 – El tamaño y el peso[/box]
Las ventajas técnicas de una cámara réflex digital destacan sobre todo en las fotos con poca iluminación (ahí las ISO justifican la compra), pero a cambio necesitas cargar durante horas con un equipo que puede rondar los 800 gramos. La alternativa de las cámaras mirrorless podría ser una opción, pero sólo te sirve para justificar este punto, no el resto.
[box type=»info»] 3 – No puedes llevarla siempre encima[/box]
Hay un dicho universal entre los fotógrafos: La mejor cámara es la que llevas justo en ese momento. De nada te sirve tener una magnífica cámara si no puedes llevarla siempre encima. Una réflex te dará calidad pero no la podrás llevar en el bolsillo, ni siquiera podrás llevarla en tu bolso a diario. Además, la ley de Murphy dice que cuando la necesites no tendrás batería o espacio en la tarjeta de memoria.
[box type=»info»] 4 – No es social[/box]
Sólo hay una cosa mejor que hacer una buena foto: compartirla. Si, hemos llegado a este punto ridículo que cuando hacemos una foto chula nos gusta compartirla en las redes sociales o con nuestros amigos. Además, este simple hecho de compartir lo que estás haciendo te ayuda a mejorar en tu afición, aprendes de otros, descubres secretos, compartes tus conocimientos… No, no todo se queda en hacer «selfies». Crear una red de conocidos en alguna red social como Instagram es sensacional, además de compartir una afición acabas creando lazos de amistad que nunca sabes cuando necesitarás en tu vida.
[box type=»info»] 5 – Favorece el Síndrome de Diógenes Digital[/box]
En los 90 con el boom de las videocámaras hi8 y VHS-c la gente comenzó a grabar horas y horas de cintas que luego nunca editaban, eran imposibles de visualizar y se quedaban guardadas en un cajón. Con la fotografía digital sucedió algo similar, la gente hacía 12.000 fotografías en un fin de semana en la sierra. Llenaban el disco duro, se compraban otro para volver a llenarlo y que acabe guardado en el mismo cajón que hace 20 años se guardaban las cintas.
[box type=»info»] 6 – No tiene Apps[/box]
Sigo sin comprender cómo los fabricantes de cámaras réflex han dado tanto la espalda a la opción de disponer de un sistema operativo completo. Imagina tener apps que te permiten editar tus fotos al instante y compartirlas vía wifi. Parece que poco a poco hay modelos que están viendo esta brecha en el mercado, pero ya no son las réflex tradicionales, suelen ser modelos mirrorless, que ya de por sí son más cómodas de transportar y usar en cualquier situación.
[box type=»info»] 7 – No es lo mejor para grabar video HD[/box]
Recuerdo cuando las primeras réflex digitales permitían grabar video en HD con una limitación de 10 minutos. Era un disparate por motivos relacionados con las patentes, pero si te la habías comprado pensando en darle uso de videocámara la frustración era una constante. Mucha gente se las sigue comprando porque piensan que tendrán una cámara «de cine» en casa. No tardarán en darse cuenta que con un smartphone de alta gama logran resultados de mejor calidad en el uso diario.
[box type=»warning»] Conclusión[/box]
Sin duda me plantearía antes comprar un móvil de alta gama que una réflex digital. Tendrá muchos más usos y si bien es cierto que no lograrás la calidad de una réflex podrás compensarlo con su versatilidad, bajo peso, reducido tamaño, aplicaciones sociales, miles de apps para mejorar y compartir tus fotos al instantes…
Con cualquier iPhone 5S o Samsung Galaxy S4 y apps como Snapseed (Android o iOS) tienes un equipo más completo que la mejor de las réflex. Aunque claro, no podrás presumir de equipo fotográfico, serás mal mirado por el resto de aficionados a la fotografía… Y mucho ojo con los próximos lanzamientos, hay un Oppo Find 7 que se presentará el 19 de marzo y que trae una cámara de 50Mpx, imagina sumarle todo el potencial de apps que hay en el mercado a ese sensor.
Gracias a Josep Mª Ganyet por descubrirme Snapseed, ha sido un gran hallazgo.
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