Dos hermanas juegan en casa con una pelota de plástico. Una pone los brazos en forma de aro y la otra lanza a canasta. Esto no sería noticia si no fuera porque una de las chicas, Maggie Meier, estaba en coma.
La historia comienza en el 2008, cuando Maggie quedó en coma durante 2 meses medio por una meningitis. Permaneció en el hospital hasta que su seguro médico dejó de costearle la estancia y la enviaron a casa antes de completarse su recuperación. Su familia aprovechaba los momentos que recuperaba en parte la consciencia para contarle cuentos y explicarle lo que sucedía a su alrededor, pero Maggie había perdido todas las habilidades básicas: caminar, hablar, comer…
Pero en uno de esos momentos de lucidez la sentaban en una silla especial y descubrieron que era capaz de agarrar un balón de playa, y no solo eso, también realizaba el gesto de lanzar a canasta sin problemas. Su hermana probó a colocar sus brazos en forma de aro y Maggie lanzó el balón. Repitieron los tiros durante varios minutos antes de que volviese a caer en un coma profundo durante varios días.
Los médicos no se lo podían creer, el Dr. William Graf, neurólogo de Meier dijo que «el acto de lanzar un balón de baloncesto debe de haberse arraigado como uno de los instintos básicos de Maggie . Su movimiento de tiro de baloncesto volvió a ella, incluso antes de que ella fue capaz de ponerse de pie o caminar de nuevo». Maggie llevaba jugando al baloncesto desde 3º curso y había ganado algún campeonato de la mano de su padre que hacía de entrenador del equipo.
La familia no se lo podía creer. Maggie tenía tantas ganas de volver a jugar al baloncesto que fue capaz de recuperar esa habilidad antes incluso que volver a hablar, caminar, comer o leer. Por supuesto una vez recuperada de su enfermedad Maggie regresó a su equipo, y después de 3 años de duro trabajo de recuperación ha vuelto a ser titular en un partido oficial.
El año que viene ya irá a la universidad y abandonará para siempre la práctica del baloncesto, aunque sabe que es una pasión tan importante en su vida que le dio fuerzas cuando más lo necesitó.
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