En verano suelen salir de vacaciones esos gilipollas urbanos que durante el resto del año no dan muestras de su potencial pero que una vez están en contacto con la naturaleza y las actividades deportivas, nos enseñan de lo que son capaces.
Nuestro ganador de esta semana es uno de estos especímenes. Se trata de un carajote que le pilló la zodiac a algún amigo (o lo que es peor, sería suya) y decidió hacer el chorra un rato en un río cercano. Empezó a adelantar a otras embarcaciones y no contento con ésto decidió aumentar su nivel de gilipollas cruzándose delante de otros barcos, en plan chulito. Veamos el resultado:
Y todavía tuvo suerte de que la hélice del motor no le cortara la yugular o le arrancara una oreja. Al menos resultó ser un gilipollas con suerte, seguro que a tí o a mi nos habría costado la vida una estupidez como ésta.
Hay gente pa’tó.
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