Estaba presumiendo un fabricante de caravanas de la capacidad de sus maleteros que delante de las cámaras quiso demostrar que incluso podrían transportar un Citroen C1 (que tampoco es el más pequeño del mercado). En esas estaban cuando sucede lo siguiente…
Ojo al batacazo que se pega el dueño de la caravana, fijo que ahora está en el hospital con la cadera rota y pagando los destrozos provocados por el C1 desbocado…
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