Cómo resistirse a publicar una foto así, con esa felicidad tan inocente como la que se consigue al montar en un columpio por primera vez…
Intento no saturar esta sección con fotos familiares, pero es que no puedo resistir la tentación… Esta es la cara que ponía Anna ayer por la mañana al montar por primera vez en un columpio y balancearse por ella misma, una cara difícil de explicar porque reúne unas sensaciones que quizás serán la primera vez que experimente en su vida (y no la última).
Te imaginas que alguien te hubiera fotografiado la primera vez que probaste un limón? O la primera vez que le diste una calada a un cigarro? O la primera vez que metiste un gol? O la primera vez que metiste los pies en el agua fría del mar?
Es imposible lograr todas estas fotos, pero cuando consigues captar al menos una de ellas te sientes genial, sabes que es una foto con magia, dejando de lado su valor técnico (soy amateur, no pidas mucho) creo que es una de mis fotos favoritas de Anna, seguro que a ella le hará mucha ilusión verla cuando sea mayor.
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