Bueno, parece que ahora si que está todo confirmado y Lopera venderá sus acciones a un grupo de empresarios.
Pero ya sabemos que todo lo que rodea a Lopera está lleno de particularidades que ahora paso a desglosar:
Lopera no es el dueño del Betis, en realidad hay un tejido de empresas fantasmas que poseen el 53% de las acciones (Farusa, Encadesa, Incecosa…).
Los compradores (solventes empresarios según palabras de Lopera) no los conoce nadie y coinciden con Lopera en que tampoco serán los verdaderos compradores, ya que representan a otra empresa fantasma (GSport) que a día de hoy no aparece en el registro mercantil ni se tiene noticias de sus actividades económicas.
El grupo de compradores (primero dijeron que eran catalanes, luego ingleses, luego madrileños…) está formado por 4 personajes desconocidos que ahora os presento para que juzguéis vosotros mismos:
- Francisco Sánchez Quintana: su familia posee la empresa de autobuses Linesur, pero se ha presentado como un «gran promotor», aunque no lo conozca nadie en Sevilla.
- Pedro Muñoz: otro desconocido que dice dedicarse a la promoción inmobiliaria con Francisco Sánchez y que trabaja de director de una oficina de BBVA de Tomares.
- Mariano Fernández Fernández: un jubilado que trabajó de anticuario y que «dice» poseer un gran patrimonio (momento surrealista, un jubilado compra el Betis, juasss). Todo un acierto contar con un anticuario para modernizar al club (segundo momento surrealista).
- Juan de Dios Donaire Valenzuela: abogado y gestor inmobiliario. Nada más se sabe porque en el colegio de abogados de Sevilla no consta como colegiado.
Pues con estos cuatro mimbres han hecho el canasto con el que se van a hacer con el paquete de acciones que gestiona Lopera. Sólo hay que ver el aspecto que tienen para poner en duda su capacidad económica y mucho menos que sean capaces de dotar al Betis de lo que necesita a día de hoy: dotar de estructuras y modernizar las pocas existentes.
Más bien parece un grupo de oportunistas que se han prestado al juego de Lopera y en caso de ser real la operación todo huele a que busquen un pelotazo urbanístico con la Torre Betis y la recalificación de la antigua Ciudad Deportiva (ahora que se está planeando la nueva Ciudad del Betis, en Bormujos).
En Sevilla hay un mosqueo enorme entre la afición y gran parte de la prensa deportiva (sin contar al lameculos de Carlos Cariño que nunca muerde la mano que le da de comer). Todos se ríen de la pantomima que ha montado Lopera y que en realidad estamos ante una autoventa encubierta, pero no ha engañado a nadie.
Quién se va a creer que si una empresa se hace con su paquete de acciones lo haga con la condición de seguir contando con él en la directiva, donde tendrá voz y que será consultado en cada operación.
La otra oferta de Luis Castel lo primero que dijo era que no contarían con Lopera para nada, pero parece que Lopera les ha dado gato por liebre y se han quedado sin las acciones del Betis. Más de un bocazas se estará tirando de los pelos por haberlo celebrado antes de tiempo, como si Castel hubiera sido el salvador del Betis.
Si la situación hubiera sido otra pediría un voto de confianza para los nuevos propietarios del club, pero viendo cómo se han desarrollado los acontecimientos creo que no hay que darles margen de maniobra porque todo ha sido una pantomima de Lopera para seguir mandando pero sin la presión judicial de ser el máximo accionista.
Y como siempre la imagen del Betis y de los béticos queda a la altura del betún, seguimos siendo la vergüenza del mundo del fútbol en este país… Y lo peor es que tenemos lo que nos merecemos, porque los sevillistas si que han sabido manifestarse cuando era necesario y nosotros seguimos anestesiados por Lopera, ya todo nos da igual y lo peor es que esto tiene pinta de no cambiar nunca de manos…
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