Quién no se ha sentido estafado en alguna ocasión por alguna agencia de viajes? Yo también, por supuesto.
Ahora que ya estamos preparando las vacaciones de verano te recomiendo que prestes mucha atención a la hora de elegir la agencia de viajes donde contratarás tu viaje.
Son estafadores profesionales, saben venderte lo que no necesitas y luego nunca cumplen al 100% lo contratado. No os quiero contar lo que vivimos en nuestro viaje de bodas porque te entran ganas de ir a la agencia y partirle la cara a la impresentable que nos vendió un crucero de ensueño cuando nos estaba metiendo en una patera del INSERSO.
Hoy mismo he recibido publicidad de una agencia de viajes y no sé por qué he mirado las ofertas que ofrecían. Una de ellas me ha llamado la atención especialmente:
No sé si conocéis Islantilla, es una playa cercana a Lepe (Huelva) donde sopla con fuerza el viento de poniente y el agua del Atlántico está más fría que los huevos de un pingüino. Es una playa familiar como le ocurre a Matalascañas, con una arena fina blanca y mareas que suben y bajan hasta 40m cada día.
Aquí tenéis 2 fotos donde podéis ver el aspecto que tiene esta playa, tanto su paisaje como su orilla:
Ahora vuelve a mirar la foto del catálogo y dime en qué puñetas se parecen esos dos sitios…
Está claro que la foto del catálogo debe corresponder a alguna playa del Caribe, con aguas transparentes y repleto de palmeras salvajes. En Islantilla descansarás en vacaciones, pero ni encontrarás esas palmeras, ni esos barcos flotando en la bahía… Más bien encontrarás a domingueros que no dejarán de molestarte con la pelota a la hora de la siesta.
Lo curioso es que si visitas la entrada en la Wikipedia para Islantilla verás que no hay foto de la playa:
Así que el listo que hizo el catálogo no tenía ni puñetera idea de cómo era Islantilla, pero en esa foto se ven palmeras y debió pensar que así era en la realidad…
Imagínate que tú te fías de la agencia de viajes y contratas ese paquete de veraneo para conocer esas playas paradisíacas del catálogo y luego llegas a la verdadera Islantilla y te encuentras a cuatro catetos comiendo sandía a bocados y al gitano que pasa vendiendo «La cooooca, la faaaaanta, la cerveeeeezaaa!!!». Seguro que acabarías tan cabreado como yo cuando volví del viaje de bodas.
Así que ten mucho cuidado, infórmate bien primero del sitio que vas a visitar (internet te ayudará mucho en esta tarea). Revisa a fondo el contrato que firmes con la agencia, recuerda que un catálogo publicitario tiene carácter contractual, que no pueden mostrarte una habitación de un hotel 5 estrellas y que luego el hostal donde tienes la reserva tenga unas habitaciones tan acojedoras como un psiquiátrico de Siberia…
Yo juré que no volvería a contratar nada a través de una agencia de viajes, prefiero perder el tiempo buscando directamente las ofertas en internet, así si sale mal sólo podré echarme las culpas a mi mismo.
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