Hace poco más de un año que nos compramos el Renault Scenic y desde entonces he visto que el mercado automovilístico se ha puesto las pilas para evitar la caída en las ventas de vehículos nuevos.
En casi todas las marcas estamos viendo que presenta nuevos diseños de sus modelos más vendidos. A veces son ligeros retoques en la carrocería y otras veces auténticos cambios en el concepto del propio coche.
Pero charlando con un amigo el otro día salió el tema de cuál era el argumento principal en el que te fijabas a la hora de comprar un coche. Unos miran sobre todo el precio, porque no pueden pasarse del presupuesto inicial (que la hipoteca duele mucho). Otros tienen claro que sin un buen motor no pierden el tiempo en «experimentar» con marcas poco conocidas (los koreanos fundamentalmente). Otros, como en mi caso, analizamos las necesidades, establecemos un presupuesto y luego nos pasamos varios meses comprando revistas de motor, visitando foros de coches… Hasta que encontramos el modelo que cumple todos nuestros requisitos.
Eso era hasta ahora, porque las nuevas generaciones que se han criado en una sociedad multimedia ya no concibe el interior de un coche como los que traían, por ejemplo, el coche de tu padre en los años 80. Ahora todo el mundo quiero poder escuchar su música en el reproductor mp3 del coche y a poder ser que puedan conectar directamente su propio reproductor portátil.
Pero ésto sólo es el principio, ahora todo el mundo quiere la radio con entrada para su iPod y dentro de poco querremos televisión TDT, acceso a internet, en resumidas cuentas: un centro multimedia.
Y los principales carroceros se están dando cuenta de este fenómeno, fíjate por ejemplo en la consola que han diseñado los alemanes de Preh Automotive, es el prototipo PrehCon Center para la nueva versión del Audi A4:
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