Estos días en los que todo el mundo anda cabreado por que finalmente se aprobó el nuevo canon de copia privada parece que la gente ha perdido la memoria.
El canon digital y la ley del cine eran dos proyectos que el gobierno tenía que desarrollar como fuera antes de que llegasen las elecciones. Todos recordamos la gran ayuda que tuvo el PSOE por parte del mundo de la cultura (a cualquier cosa se le llama cultura) en su batalla contra el PP, primero con el No a la Guerra y más tarde con el Nunca Mais por los vertidos del Prestige…
Lo que está claro es que el PSOE la ha cagado con el nuevo canon y con la nueva ley sobre el cine español, industria de poca calidad que tenemos que mantener todos los españolitos nos guste o no. Esta nueva ley sirve para devolver favores políticos a los «artistas» que tanto le apoyaron frente al PP. Ahora la tortilla se ha dado la vuelta y ha sido Rajoy el que se a subido al carro anticanon porque sabe que ahí hay un millón y medio de firmas en contra que quizás se puedan convertir en un millón y medio de votos a su favor.
Que se tengan que pagar favores políticos es vergonzoso, pero para mi resulta todavía más lamentable cuando se manipula a la opinión pública en función de unos intereses. Si cuando hubo el vertido del Prestige se movilizó a toda la población en contra del partido del gobierno, posteriormente han sucedido casos similares, como el del New Flame frente a Gibraltar y en cambio nadie se ha levantado para reaccionar de la misma manera ahora que los que gobiernan son buenos compañeros de cama…
No entro a comparar la gravedad de los dos vertidos, no echo en cara a nadie que decida manifestarse por un motivo determinado, lo que me jode es que tengamos 2 varas de medir en función de quién esté en el gobierno. Si es un partido progre se le perdona todo y si son conservadores cualquier excusa es buena para echarse a la calle a llamarles fachas.
Si te gusta que te llamen tonto en la cara pues bien, pero a mi no me ha gustado nunca que manipulen mi opinión, por eso me siento libre para llamarles demagogos a los que primero miran el signo político antes de emitir su opinión.
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