Parece que mi vida se volverá por fin sedentaria, ya he echado raíces en Cataluña, me he casado con una maravillosa catalana y pronto tendré a mi primer hijo, el primer catalán de mi familia!!!
En mis 30 años he tenido 3 residencias diferentes y he podido descubrir las diferentes ventajas e inconvenientes que encuentras cuando vives en un pueblo y en una ciudad.
A parte de la diferencia de precios de las viviendas, las diferencias en los salarios… He encontrado grandes diferencias en contra de los pueblos.
Nací en un pueblecito de 6.000 habitantes que no tiene cines, restaurantes, grandes superficies, donde todo el mundo compra en las mismas tiendas, sale a los mismos bares y a la discoteca del pueblo. La vida allí era muy aburrida, no había nada que hacer a los 15-18 años.
Luego me mudé a una gran ciudad de 1 millón de habitantes, con todos los servicios, con gentes de todo el mundo… Pero siempre compraba en las mismas tiendas, iba a los mismos bares y discotecas!!! Salí del pueblo pero seguía con los mismos vicios de no explorar nuevos espacios.
Ahora que soy un hombre casado y futuro papá, vivo en un pueblo de 8.000 habitantes, muy cercano a Barcelona, donde vivimos como si fuera una urbanización, con poco contacto con los vecinos, pocas tiendas, sin cine, sin bares para gente joven…
Al final he descubierto que no importa donde vivas, lo importante es descubrir ese sitio que te hace ser feliz, ya sea dentro o fuera de casa, pero una vez lo descubres tu vida cobra más sentido.
Otra cosa que he descubierto es que en las ciudades hay que tener dinero porque en cuanto sales de casa estás gastando dinero: el autobús, el parking, el supermercado, ir de tiendas, el cine… Exprimes la nómina antes de 15 días!!!
En cambio en el pueblo pagas lo mismo y disfrutas de la mitad de los recursos: pagas el acceso a la información casi 4 veces más caro, el precio del ADSL en un medio rural puede suponer 60 euros (incluyendo alquiler de línea) mientras que hay ofertas en la ciudad donde pagas menos de la mitad y obtienes internet, teléfono y televisión.
Desplazarte por la ciudad te suponen un par de euros para el autobús o el metro. En un pueblo supone tener que comprarte un coche para poder ir de un sitio a otro, los servicios públicos son mínimos y los horarios pueden no coincidir con los tuyos.
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